Ya van para tres las Navidades que faltas, Pepa.
Nuestra amiga
Evita dijo hace poco que la Navidad no empieza cuando lo dice El Corte Inglés, sino cuando
Mayté da el pistoletazo de salida para su tradicional Intercambio de Navidad, en el que siempre participábamos ¿recuerdas? Lo pasábamos como niñas, buscando aquí y allá algo para bordar a una amiga de cualquiera sabe dónde, algo digno, algo que nos gustara a nosotras, a las destinatarias y a la organizadora. A veces, con la labor ya empezada, veíamos algo que nos parecía mejor y empezábamos de nuevo.
La primera Navidad después de irte no fui capaz de participar, de hecho no cogí una aguja de bordar en más de un año ¿cómo podría decidir qué hacer sin ti? ¿cómo podría bordar si mis ojos estarían empañados en lágrimas?
La Navidad pasada me obligué, y bien sabe el Dios con el que debes estar que me costó un imperio.
Hoy, justo un día antes de la finalización del plazo para enviar el regalo, he terminado el de este año. Sí, ya sé, nosotras siempre éramos de las primeras en cumplir, nunca nos pilló el toro a pesar del mes que invertíamos en decidirnos por algo. Pero este verano me operaron de cataratas y aún no había probado cómo funcionaban los nuevos cristalinos para bordar; no demasiado bien, y encima elegí un lino Belfast de treinta y dos count de Sweigart, muy bueno y muy bonito pero de trama muy irregular que lo complicó aún más.
Pero como sí tú estuvieras al otro lado del teléfono, como antes, busqué los hilos y las agujas Jonh James petites del 26, nuestras favoritas, elegí unas bolsas de lavanda del libro "Petits cadeaux brodés" de Sylvie Castellano ¿recuerdas lo que nos gustó? y ¡manos a la obra!
¿Qué te parecen amiga mía? De pronto he pensado que el ciberespacio puede que esté más cerca del lugar donde algunos dicen que estás y me leas... ya sabes que no rezo pero después de todo, a lo mejor escribirte en este blog que tu insistencia me hizo abrir es una manera de rezar.
Te sigo echando de menos querida Pepa.